La semana pasada charlaba sobre Formación con el CEO de una empresa mediana (450 trabajadores, aproximadamente)

En un momento de la conversación surgió el tema de los efectos que generaba la formación en cada uno de los trabajadores y en la organización en su conjunto.

Mi pregunta fue: “¿Cómo impacta vuestra formación en los indicadores del negocio?”

Y repregunté con algunos ejemplos: …” ¿Estáis generando mayor venta? ¿Se han conseguido ahorros? ¿Se han evitado sanciones? ¿Ha mejorado el Engagement de la plantilla? ¿Se ha reducido el absentismo o la ratio de rotación laboral?”

La respuesta fue corta pero muy sincera: “Podríamos decir que a día de hoy nuestro criterio de éxito respecto de la formación es, que la formación tenga lugar” Y añadió: “No obstante, sería fantástico saber de qué forma impactan en esos y otros indicadores que me están pasando por la cabeza ahora mismo, los recursos que estamos destinando a Plan de Formación”.

A juzgar de muchos expertos, uno de los principales problemas del mundo L&D en una actualidad llena de “cuestas arriba”, consiste en que los directivos de empresas no tienen visibilidad sobre los resultados de la Formación que les gustaría ver.

¿Por qué? Sencillamente porque no se miden.

¿Por qué? Sencillamente:

1.- Porque el umbral de éxito empieza y termina en la mera celebración (como bien describía este CEO) o a lo sumo, en una captación débil de la reacción o satisfacción generada en los participantes, por la acción formativa.

2.- Porque Los actores intervinientes en ese “tener lugar” de la formación (participantes, proveedores externos en su caso, management, RRHH, Directivos en su caso, …) dan por bueno que el éxito es la celebración y por eso se usan métricas como horas de formación, personas formadas, número de cursos realizados o costes en los que se incurre (menos cuantía de bonificaciones Tripartita para endulzar ese trago)

Lo que viene después, en términos de “resultados de negocio logrados” son prácticamente meros actos de fe.

¿Cuál es la buena noticia? NO tiene porque ser ASÍ.

¿Por qué?

Sencillamente, porque:

1.- Se puede INNOVAR en el ciclo de vida de las acciones formativas.

2.- Se puede DISEÑAR esperando el ÉXITO y alineándose con los objetivos del NEGOCIO

3.- El resultado de la Formación se puede MEDIR de forma sencilla con Metodología ROI.

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